Este febrero en la tertulia hemos hablado de La carretera de Cormac McCarthy.
Lo leímos en apenas un par de días, pero el debate ha dado mucho de sí. Sobre todo al hacer comparativas con clásicos como 1984, Fahrenheit 451, Un mundo feliz y ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, obras que me marcaron la adolescencia.
Aunque es más fácil hacer la comparación con obras más recientes como la saga juvenil Los juegos del hambre (que todavía
no he leído, aunque me atrae) o con otras que sí he tenido el gusto de conocer de primera mano. En los últimos tiempos he leído varias obras que llevan el futuro hacia derroteros oscuros. Empecé con la magnífica La chica mecánica. Leí luego otras obras que veo mucho más relacionadas con La Carretera: Cenital de Emilio Bueso y Un minuto antes de la oscuridad de Ismael Martínez Biurrun.
También en Mañana Todavía encontré algunos relatos de gran nivel como el de Bueso o el de Félix J. Palma.
Cenital y Un minuto antes de la oscuridad dialogan muy bien con La carretera. En el caso de Cenital tenemos el aporte de ver el motivo y el modo en el que sucede la tragedia que lleva al Apocalisis, algo que en La Carretera queda oculto. Podemos imaginar, pero estamos a ciegas. Solo existe la carretera y la oscuridad.
La Carretera se ha convertido ya en una de mis obras favoritas. Os la recomiendo sin dudarlo.
Como hemos terminado tan pronto con ese debate, ya hemos arrancado el siguiente: La mano izquierda de la oscuridad de Ursula K. Le Guin.
Le tenía muchas ganas y apenas llevo leídas unas páginas, pero pronto podré contar algo más. :)
Ayer me entrevistó Víctor Conde durante su clase de escritura creativa y hablé sobre todo de steampunk, pero también de fantasía en general y de erótica. Ya podéis asumir que esas van a seguir siendo las ramas por las que me mueva con más soltura en 2015.
Tengo novedades, pero no diré nada más por ahora. :P
